sábado, 1 de septiembre de 2012


y me dio la sensación de que dios me miraba.

Termine el café, me lavé los dientes,

(el botón del inodoro hace un ruido espantoso).

y cuando me agache a levantar la toalla

caída sobre una huella de pantufla mojada:

era mas que evidente, dios me miraba.


Entonces agité mi semana,

con altibajos, con idas y venidas,

el trabajo, la facu, la angustia,

la nada:

pero dios me miraba.


resigne dos o tres meses (no importa):

dios me miraba.


En un año que duro un parpadeo: dios me miraba.




Y como en esas tardes especiales en las que no pasa nada especial,

algo especial pasó:

con mas angustia que miedo, con mas miedo que agitación

con mas agitación que angustia, con mas angustia que terror,

intenté mirar a dios.

Pero dios,

   Dios resultó ser la sombra de una rama.










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